En la era digital, el uso de dispositivos electrónicos es una parte integral de la vida de los jóvenes. Desde las clases virtuales hasta el entretenimiento, las pantallas se han convertido en herramientas esenciales. Sin embargo, el uso excesivo de estos dispositivos está comenzando a mostrar efectos preocupantes en la salud visual.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 30% de la población mundial padece de miopía, y se estima que esta cifra podría alcanzar el 50% para 2050. Los jóvenes son particularmente vulnerables debido al aumento del tiempo que pasan frente a las pantallas. Especialistas del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón destacan que la miopía en niños está aumentando progresivamente, por lo que su diagnóstico y corrección precoz es fundamental para que los más pequeños puedan desarrollar una correcta agudeza visual.
Las revisiones de control de la miopía adquieren cada vez más importancia frente a este problema que, como ópticos optometristas, debemos tratar de concienciar. El período clave para llevar a cabo estos controles es entre los 7 y los 12 años. No obstante, se recomienda iniciar un tratamiento de control de miopía entre los 5 y los 8 años.
Frenar el avance de la miopía es necesario para evitar patologías oculares graves en la etapa adulta, una de las principales causas de la discapacidad visual.
La buena noticia es que, cada vez más, hay más conciencia sobre este problema y mejores soluciones, como la ortoqueratología, las nuevas lentes oftalmológicas que controlan la progresión de la miopía o las lentillas de desenfoque miópico, especialmente indicada entre los 6 y los 12 años.